Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://marcmjdx529397.activosblog.com/37241877/por-qué-materazzi-provocó-a-zidane